Teología escolar (la clase de Religión no es Catequesis)

Si nos fijamos un poco veremos que Adviento y Cuaresma son totalmente diferentes, tanto por su significado como por las costumbres y ritos a ellos ligados.  El año litúrgico se inicia con el tiempo de Adviento, el cual precede y prepara la Navidad. Las similitudes con el tiempo de Cuaresma son varias, como ser llamado "tiempo fuerte", es decir, un tiempo especialmente dedicado para la preparación del creyente de cara a una fiesta significativa, así como el color morado en los ornamentos. No obstante, las diferencias entre ambos tiempos son profundas. Del cariz penitencial de la Cuaresma a la esperanza de Adviento Todo tiempo de preparación implica un camino de conversión, es decir, de revisión de vida para acercarla lo más posible al ideal cristiano. La diferencia estriba en el acento, el cariz, que se de a este camino de conversión. Así, en Cuaresma se llama a la conversión de los pecados, por lo que todo este tiempo tiene un cariz penitencial , desde el in

El mayor atributo del hombre es ser semejante a Dios   En el Génesis, en el primer relato de la Creación (Gn 1,1-2, 4a), cuando explica la creación del ser humano dice que "hombre y mujer los creó, a su imagen y semejanza". O sea, que parece que nos parecemos a Dios. Pero esto, ¿qué quiere decir? No significa que tengamos poderes, ni que seamos descendientes directos de Dios. Tampoco podemos caer en el error de invertir el orden y considerar que Dios se parece a nosotros o que tiene características del ser humano, como un cuerpo limitado. Por mucho que hayáis visto pinturas en las que se pinta a Dios con una barba larga y un triángulo sobre la cabeza, en realidad no podemos decir que Dios tenga cuerpo, porque ello le haría limitado. En realidad, nuestra semejanza con Dios tiene más que ver con nuestras cualidades mentales y espirituales que con nuestro físico. Y lo vamos a probar con una pequeña dinámica que hice en clase el otro día. Primero, pondremos en una c